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viernes, 25 de mayo de 2012

Naturaleza y definición del conflicto.

La presencia del conflicto en las relaciones humanas es inevitable debido a la capacidad que tienen las personas de comunicarse y de plantear una postura frente a algo o alguien. La interacción entre los seres humanos siempre deviene en la oposición de intereses que son defendidos mediante el lenguaje y que casi siempre conducen a discrepancias.
Entonces, pretender eliminar o conjurar un conflicto es bastante pretencioso e irreal, dado que éste siempre se está transformando. Es decir, así se haya minimizado una disputa -aparentemente- o se haya llegado a un consenso, siempre existirán factores que lo hagan surgir de nuevo, bien sea con los mismos actores o con unos nuevos.
De acuerdo con la teoría del conflicto, éste existe cuando dos o más  percepciones sobre la realidad llegan a tal punto de confrontación que se genera cierta necesidad de imposición  de una sobre la otra. “El conflicto se entiende como un proceso de interacción social en el que se presentan incompatibilidades respecto de la expectativa de acceso a capitales económicos, sociales, culturales y simbólicos que permiten a los actores sociales suplir sus necesidades e intereses” (Cuesta y Chacón, 2007, p. 150) Lewis A. Coser (1954) señala que el conflicto es una lucha por los valores, el status, y el poder para adquirir los recursos y en el desarrollo del mismo, en muchas ocasiones, puede originarse la afectación del contrario. Esa lucha, denominada “conflicto”, se puede presentar de dos maneras: Una negativa, cuando conlleva a la destrucción, la desgracia, el sufrimiento o la violencia. Y una positiva, cuando se ve como una oportunidad para el cambio, la transformación o el perfeccionamiento.  
Entender el conflicto como una oportunidad, en su sentido positivo, demanda que los actores del conflicto tomen conciencia del mismo porque si uno de los actores no reconoce la existencia del conflicto, no puede considerar al “otro” como un interlocutor válido, que lucha por los mismos recursos.  “Sólo cuando el oponente, o el actor propio, ha llegado a tomar conciencia del conflicto, todo lo que puede hacerse técnicamente para conducirlo o resolverlo comienza a ser posible” (Entelman, 202, p.p. 93).   Por consiguiente, precisar qué tipos de procesos de interacción social se están dando, cuáles son las confrontaciones existentes, y si es posible generar un clima de confianza entre los agentes involucrados dentro de las situaciones conflictivas son procesos que necesariamente se deben vivir para llegar al reconocimiento de la existencia del conflicto y a las posibles vías de solución, procesos de inclusión, mecanismos de reconocimiento y participación de los actores sociales.

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